31 mayo 2014

El rincón de Laura - Todos somos iguales

Queridos amigos y seguidores de ASINLADI,
Hoy quiero presentarles un espacio que una amiga de la Asociación, que vive a muchísimos kilómetros de aquí, allá por Costa Rica, quiere hacer nuestro. Una persona muy sensible con nuestro proyecto y principalmente con las causas sociales, alguien que respira generosidad y que desde tanta distancia desea estar cerca de la ciudadanía para transmitir sus sentimientos y emociones, en muchos campos, pero muy especialmente en lo relacionado con la discapacidad.
Compartirá sus relatos, textos e ideas y será un complemento a nuestro Blog, por lo que os invitamos a visitarlo y descubrir la sensibilidad de sus aportaciones.

A continuación se presenta su primer trabajo: 

Todos somos iguales

La vida está llena de sorpresas, de conocimiento, de belleza en cada rincón, todavía podemos descubrir que, aunque en algunos momentos perdemos la fe ante la frialdad de la que en ocasiones somos mudos testigos, cada día es una clara oportunidad de aprender, pero sin duda, creo que la oportunidad que no deberíamos desaprovechar es la de comprender de una vez y para siempre que la perfección está en el alma y en ella la "capacidad" y la "discapacidad" son meras palabras.
Cuando digo que la vida pone en nuestro camino en forma especial a estas personas, es porque a través de ellos podemos empezar a ser mejores, solidarios, solícitos, a dar oportunidades, a ver las cosas de otra manera, a ser verdaderos seres humanos.
Cuando hablamos de la inclusión no debe limitarse a la accesibilidad. Son muchas las situaciones que se dan en la vida y que ofrecen la posibilidad de sacar a relucir lo mejor y lo peor de los seres humanos, ésta es una de ellas.
Todos, pues, todos somos parte del Universo, con o sin algún síndrome, con una o dos piernas, caminando o en silla de ruedas. La perfección que debemos buscar es la del alma, no hay otra. Nuestro cuerpo algún día será nada. Algún día también, no lo sabemos, puede que por alguna enfermedad o accidente nos corresponda estar del otro lado. Y es ahí cuando la mayoría de la gente puede entender lo que se siente, la falta de tolerancia, la falta de oportunidades y solidaridad, y la marcada diferencia existente entre los que deberían ser iguales.
Por eso, ten presente siempre en valorar a las personas por sus capacidades, no por su discapacidad. La discapacidad no limita, ¡no lo hagas tú!
Porque bajo nuestra carne, dentro de nuestro cuerpo, todos somos iguales, queremos las mismas cosas, simplemente tenemos que dejar de mirar con los ojos y empezar a abrazar y sentir con nuestro corazón.


Laura Zúñiga  (Costa Rica)

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