21 junio 2014

El Rincón de Laura-Mi país, Costa Rica

Mi país, Costa Rica

Como sabrán, mi país es Costa Rica. En Costa Rica hace casi veinte años se aprobó la Ley de Igualdad de Oportunidades para las Personas con Discapacidad, para ser exactos, el 29 de mayo de 1996. Es más conocida como la Ley 7600.

Claro está que es justa y necesaria, y si la lees, es un sueño hecho realidad para muchísimas personas; sin embargo, y a pesar de que ya casi se cumplen las dos décadas de su proclamación, hoy en día la respuesta de la sociedad hacia esa población ha sido mínima, empezando desde el ente regulador que son los municipios.

En mi comunidad, el municipio tiene segunda planta, pero no existe elevador... también los bancos estatales, hoteles, restaurantes y un sin fin de comercios y servicios que no cumplen con la Ley.
Y si nos vamos más alla, es muy común ver como hasta los lugares en los parqueos son invadidos por gente inescrupulosa. También es común observar la falta de empatía, de comprensión y de paciencia de algunas personas a la hora de atender a alguien en una silla de ruedas o con muletas.
Además, si nos adentramos en la parte del acceso a la educación o el acceso a un trabajo digno, o incluso a los servicios de salud, es encontrarse con más y más conflictos...
Yo he visto muchas veces el maltrato que sufren las personas por aquellas otras que se suponen deben ayudarlas, y estas situaciones dolorosas son realmente indignantes para todos aquellos que nacemos con esa sensibilidad hacia las injusticiias, en un mundo cada vez más despreciale. A pesar de la tecnología, de los avances y de todo lo que nos envuelve en esta época actual, somos cada vez más distantes de todo aquello que nos hace diferentes al resto de la creación. Nos convertimos en máquinas de hacer dinero y expertos en desechar todo aquello que interrumpe esa labor... ¡Y nos volvimos fríos, faltos de emoción y egoístas!
¿Y entonces?
¿De qué nos sirve proclamar leyes, si nuestra humanidad está disminuida al mínimo?
¿En qué nos ayuda cobrar multas, agrandar baños, construir rampas, si no abrimos nuestra mente y el corazón?
¿Por qué hubo que decretar una LEY para OBLIGAR a tener un poco de visión y sentido común?
La igualdad no se trata del acceso a todo, se trata de vernos de la misma manera, y que la sociedad se abra para todos equitativamente, de mucho sirve la infraestructura y el conocimiento, es verdad, pero a veces es más importante la cordialidad, el afán de servir a los demás; es verdad que en esta vida estamos para servir, y entre más servimos más nos llenamos, más ricos seremos. Servir de una manera desinteresada, con la convicción de que hacemos el bien, es cientos de veces más valioso que las 87 páginas escritas de una ley que poco se cumple en mi país.
Laura Zúniga (Costa Rica)

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